28 de mayo de 2010

se que no dura para siempre.

Y no se por qué, viene a mi mente una canción que dice algo así como que con el tiempo aprendemos a bailar las canciones que en algún momento pasado nos hicieron llorar… y pienso. Descubro que no podría bailar esas canciones, pero sí escucharlas con serenidad, sin alterarme demasiado. Seguramente después ronden por mi cabeza, las tararee, pero al rato esos ritmos se diluirán, dejando lugar para nuevos ritmos rápidos, lentos, amargos o suaves…

De un momento a otro me encuentro sonriendo, no sé porque. Supongo que los recuerdos ahora en vez de hacerme mal me llenan de alegría; me doy cuenta de que esos recuerdos son lo único que me queda de él.

“la alegría llegó y se que no dura para siempre”

Cuando la alegría llega no hay que desperdiciar ni un minuto, porque no llega para siempre. Viene y se va. A veces sólo se queda un día, horas o simplemente instantes. Puede tardar otros pocos instantes en volver, años o tal vez no regrese nunca… Por eso no hay que dejar pasar los momentos alegres, por eso es mejor si estamos contentos.