De un momento a otro me encuentro sonriendo, no sé porque. Supongo que los recuerdos ahora en vez de hacerme mal me llenan de alegría; me doy cuenta de que esos recuerdos son lo único que me queda de él.
“la alegría llegó y se que no dura para siempre”
Cuando la alegría llega no hay que desperdiciar ni un minuto, porque no llega para siempre. Viene y se va. A veces sólo se queda un día, horas o simplemente instantes. Puede tardar otros pocos instantes en volver, años o tal vez no regrese nunca… Por eso no hay que dejar pasar los momentos alegres, por eso es mejor si estamos contentos.