Me negaba
a hacer un balance anual. Sobretodo por que la palabra “balance” me suena a
algo equilibrado, a algo que tiene cierta armonía, y mi año no fue armonioso en
lo más mínimo. Tuve momentos muy buenos y momentos muy malos. Tampoco puedo
decir que fue el peor de mi vida, por que seria exagerado y a demás estaría mintiendo.
Pero mientras el año pasaba, fui perdiendo y ganando cosas, amigos, algún que
otro amor, pero más que nada fue un año de aprendizaje. Aprendí que no siempre
las cosas son lo que parecen ser, aprendí que hay mucha más gente alrededor mío
que vale la pena que la que no. Podría decir que aprendí a vivir, pero eso no
se aprende de un día para el otro, es un proceso largo…. Así que, voy a decir
que aprendí a vivir un poquitito mejor, por que aprendí a disfrutar de las
pequeñas cosas cotidianas que nos da la vida. Basicamente, la vida se trata de eso: DISFRUTAR!
Los resúmenes, los balances, lo mejor, lo peor, el
personaje más famoso, el primer bebé, el primer auto en llegar a MDQ, el primer
fuego artificial y todas esas huevadas que aparecen en la tv, son algunas de
las cosas que nos marcan el final y el comienzo de un año nuevo. De un año virgen,
de un año en el cual ponemos todas nuestras expectativas para lograr, lo que el
año que pasó por alguna razón, no pudimos hacer. Es un año que todavía está en
blanco, que está limpito. Así que pongamos lo mejor de cada uno de nosotros
para tratar de que este año que empezó hace algunas horas no se ensucie
demasiado y disfrutemos, por que parece que el año próximo se viene la hecatombe jajajaja